Cálculo.

Un hombre se acerca a un estante y saca un libro. Otro hombre, no muy lejos, se acerca a un abismo y cae. El primer hombre abre las primeras páginas y se da cuenta lo viejas que están. El segundo hombre, mientras cae, se da cuenta de que hay cosas que la fuerza de roce no puede detener. El primer hombre se lleva el libro a su casa, y comienza a leerlo con detención. El segundo hombre está próximo a chocar contra el piso. ¿Qué es lo que busca el primer hombre? Aparentemente parece feliz. No busca autoayuda (aunque hago saber que desconozco el tipo de libro que está leyendo), no busca diversión. No se qué es lo que busca, mas si comprendo lo que no busca.
El segundo hombre aún no choca.
Mientras avanza en el libro piensa en muchas cosas. Usualmente lee en las mañanas, mientras va a un lugar que desconozco. No alcanza a leer 20 páginas cuando llega a este lugar desconocido, se sienta en una silla, que posiblemente esté flotando en el aire. (No sé si ya has percatado de que esas cosas son triviales, al menos aquí. Aquí y ahora. ¿Será lo único que existe?) Deja el libro ahí.
El segundo hombre queda flotando.
Entonces vuelve y mientras vuelve toma nuevamente el libro y comienza a leer. Esta vez son 200 páginas las leídas. ¿Qué es leer? Vuelve al estante. Hay un gran cartel que dice ‘cuidado’. Saca otro libro, al azar. No sabe hacia donde se dirige.
El segundo hombre choca contra el piso, estalla.

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